Religión

Religión

Después de días sigue sonando el silencio de tu ausencia, 
despierto en una pesadilla de ilusiones donde estas gritando que me amas
y ya no escuchó tu voz cuando la verdad de nuestros caminos se imponen ante el destino,
 luego luchas y te siento ante mi cuerpo desnudo,
tu piel va pintando con pinceladas finas una capa capaz de hacerme llorar,
porque se fueron las promesas incumplidas se perdieron divagando en  el  deseo,
ya no estas, no te veo, no te siento, no murmuras; tus molestia encantadas por mi ser.
Tu voz que me hace reír se esfumo en el desierto; el lejano desierto que nos separa ante dios, ante la sociedad segada de verdad absoluta, disfrazadas de valores escondidos entre libros que leemos sin cesar, autoayuda por autores anónimos que son un desastre personal,
queriéndote conceder el privilegio de la duda ante tus actos,
vas orando por los tuyos y los mitos se quedan en  olvido. 
No son permitidos nuestros sentimientos por religión, 
no creo posible un dios reprimiendo los sueños reales de fascinación diferentes a los otros, razones que nadie entiende queriendo convertir en prisioneros alegres, 
ansiosos de  ser rebelde de tentar a lo indebido por un amor eterno que nunca será eterno, 
se separaran las miradas de deseo, te volteas persiguiendo mi aroma que tanto  ansias en las tardes frente al espejo cómplice de nuestras travesuras;
esas que con nombres distintos nos permitimos unir  antes de ser libres en distancias enormes y horarios disparejos, esos que no pueden con las ganas de tenerte entre mis días rebuscados de esperanza.

De Supuestos Tiempos Modernos

Abril, 2013

Lu Quercia