El amor de mi vida llegó,
decía en el momento
y fundidos de amor absurdo
le prometí ser de el.
Me abrace al sentimiento
ese de el que mas disfruto,
se hacia llamar así mismo
"envidia"
pero el me nutria
yo crecía como un orquídea
disfrazada de temor
y luego reía,
mis ojos macabros en el se sumergían
y destruían.
y ya apoderada desde adentro los veía
frustraciones, deseos y orgullo
eran perlas y diamantes
que es sus cuellos colgaba.
y la tristeza fue robando espacio
y me ablandaban entre la furia
mis ojos triste no podían,
intentando desviarlo, fallaba.
y solo quería sumergirlos
en la paz interior;
y en ese momento
lo sembré;
sembré la pequeña semilla morada.
A Tus Cibeles
Octubre, 2013
Lu Quercia
No hay comentarios.:
Publicar un comentario