Mis días se fueron intentando cautivarte
con una sonrisa encantadora
y tu deslumbrado por otros atributos
la ignorabas en canciones apasionadas,
mi miraba atrapa, envuelve y desilusiona
y un corazón se hacia cada vez mas blando,
herido solo contaba sus dudas
y las eliminaste todas.
Eras agua pura y yo unos pocos gramos de sal
que se perdían en tu inmensidad cegadora
y fuimos los dos violetas
volamos lejos, lejos muy lejos.
Ese corazón de tinieblas escurridizas;
y ahí corrimos fuerte entre el viento
jamas quisimos ir en contra de el,
era mas fácil reír con la marea;
y la energía la dejábamos para la noche
de estrellas de colores, que estaban solo
en nuestras cabezas de locos enamorados.
A Tus Cibeles
Octubre, 2013
Lu Quercia
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